Creatividad y valor del talento en China

Sanghai-China

Me ha encantado leer esta semana cómo los videojuegos de algunos jóvenes alicantinos son muy bien recibidos en el mercado chino. Me alegró ver el éxito de otro producto bien acabado para un sector tan exigente como el multimedia.

Como cualquier economía en auge, China exige cada vez más y mejores productos para los usuarios que también están aprendiendo a ser más rigurosos.

En esta línea de valorar la calidad, y no la cantidad, no ha sido difícil ver durante estos dos años de trabajo en Pekín que se empieza a valorar más conceptos tradicionalmente occidentales como moda, tendencias o diseño. imitación de «lo que triunfa aquí o allá» adaptado a «lo que ya existe».

En una situación difícil para nuestro país y para el resto de Europa, es precisamente este potencial creativo el que puede aportarnos un valor añadido el que nos abre una brecha favorable en el gigante asiático. La creatividad como capacidad de encontrar medios alternativos para llegar a nuestro destino, como «trabajo en el que la intuición, el bagaje y la minuciosidad mezclados con neuronas locas hacen que unos profesionales produzcan resultados absolutamente diferentes a otros» (Joaquín Lorente, Publicista). A veces lo subestimamos porque lo encontramos en rutinas cotidianas como el proceso mismo de organizar tareas, dividir nuestro tiempo o dividir el trabajo entre nuestro equipo de personas.

La manera de crear nos hace diferentes y nos da mejores perspectivas en nuestro entorno personal y en el profesional, y en un país como China, tan acostumbrado a educar sobre las teorías de la obediencia y la mirada en línea recta, esta capacidad se empieza a tomar en cuenta.

La cadena de (re) producción así anclada en Asia, y en China en particular, es en cierto modo un elemento controlable en términos de cantidades y número de artículos por día. Crea soluciones, encuentra atajos para superar obstáculos en el camino, no. Es imposible producir un número fijo de buenas ideas a un ritmo constante, de hecho solo es complicado por el motivo de concebirlas de vez en cuando, … pero lo hacemos, y somos nosotros los que debemos, ante todo , sea consciente del valor de nuestras ideas, de nuestras buenas ideas, y según qué cosas no se pueden comprar por kilo o por contenedor, sea cual sea el número de activos disponibles.

Sin duda, viviremos un momento interesante en los próximos años con el surgimiento y consolidación de talentos y artistas chinos que rompen con ciertos cánones que hasta ahora limitan enormemente la concepción visual y gráfica del estilo. Pero hasta el día de hoy, seamos conscientes de que independientemente de los problemas de derechos de autor (donde se venden cientos de películas copiadas en tiendas en el corazón de la ciudad, o imitaciones de moda en edificios adyacentes a la estación de policía) y a pesar de los crecientes obstáculos para los inmigrantes (visas con condiciones que se endurecen a diario o tipos impositivos específicos para los trabajadores extranjeros), nuestra forma de crear aún nos hace muy valiosos, y abre muchas posibilidades en Asia y China en particular, es hora de aprovecharla.

Pedro Moreno, Kuiki, Pekín, China.

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